miércoles, 27 de agosto de 2008

Impresiones jugables: Fire Emblem DS

La fantasía medieval que dio origen a la saga renace con la fuerza del stylus.
Ya sea en el futuro o en el pasado, Intelligent Systems sigue proyectando su estilo táctico RPG en sagas que, como el caso de Fire Emblem, recuperan una obra inédita en Europa para mostrarnos cómo nació la serie y cuáles fueron sus señas de identidad desde el principio. La fantasía medieval de los japoneses hace avanzar sus unidades de combate con un lápiz táctil que ahora contará con un campo bélico desplegado a doble pantalla.

En Nintendo hay muchas franquicias que logran el favor de los usuarios nada más que con pronunciar su nombre. Mario, Zelda, Pokémon y, entre ellos, Fire Emblem, una serie muy querida que lleva cerca de veinte años contentando a unos jugadores ávidos por contemplar qué es lo nuevo de Intelligent Systems para la próxima generación de consolas.

No hace mucho que la renombrada y esperada franquicia llegó a Wii (Fire Emblem: Radiant Dawn) con unos interesantes pero poco innovadores resultados, y ahora el turno le ha llegado a Nintendo DS, máquina dispuesta a recibir la fantasía medieval de una serie que siempre se ha caracterizado por su planteamiento táctico RPG apoyado en luchas de otra época, al mando de ejércitos de soldados y magos que buscan tumbar al malvado villano de turno.

Para la ocasión, las cosas no han cambiado demasiado desde que el nacimiento de Fire Emblem se produjera, y es que, de hecho, este nuevo título no es ni más ni menos que el “remake” del primer videojuego de la saga. Una obra que ofreció a los japoneses (jamás llegó a Europa) una historia basada en el fantástico continente de Akanea, lugar donde las leyendas perduran y se repiten generación tras generación a fin de librar a la tierra del mal hospedado en la figura de un malvado dragón.

El emblema que dio origen a la saga
Un dragón que en Nintendo DS ha vuelto a resucitar, aunque esta vez a doble pantalla, con soporte para la pantalla táctil y junto a una novedad especialmente importante: la posibilidad de utilizar la Conexión Wi-Fi de Nintendo para librar batallas con jugadores de todo el mundo.


Excelentes añadidos para una peculiar aventura en la que tomaremos el papel del príncipe Marth, un joven que irá en la busca del emblema de fuego y la espada sagrada para matar al villano, derrotar al dragón, recuperar su reino y, a la vez, rescatar a su hermana secuestrada. En pocas palabras, una increíble gesta que cuenta con el atractivo de sus frecuentes diálogos, de una perfecta estructura en capítulos, y del fantástico diseño de personajes que ha sido llevado a cabo por todo un profesional del manga: Masamune Shirow (responsable de las ilustraciones de Ghost in the Shell).

Junto a todos estos atractivos, y como ya ocurría en los anteriores Fire Emblem, una baza principal para mantenernos pegados a la “dual screen” turno tras turno va a ser la tremenda capacidad de adicción que lleva arrastrando la serie desde sus orígenes, poniéndonos el disfraz de estrategas bélicos para dirigir las unidades con las que comencemos cada contienda. Un turno para mover nosotros y otro para la CPU, así de sencillo. Entre medias, un sinfín de batallas donde no tendremos que hacer nada más que mirar, puesto que aquí lo importante no es la habilidad a los mandos, sino pensar bien nuestras jugadas.

Un triángulo difícil de dominar
Todas las unidades gozarán de una capacidad de movimiento que deberemos de controlar, así como de unas determinadas características especiales para afrontar a las fuerzas enemigas. Importante en este aspecto va a ser el conocido como “triángulo de armas” que, aunque no estaba presente en el título original, en Nintendo DS se incorporará para dar una vertiente más táctica a las contiendas.

El funcionamiento de esta regla triangular es muy sencillo. En esencia, hay tres clases de guerreros mayoritarios (espada, hacha y lanza), de manera que los ataques de cada uno de ellos causan diferentes efectos sobre el resto: las lanzas vencen a las espadas, las hachas son efectivas contras las lanzas y las espadas pueden contra las hachas. Las magias y los lanzamientos de arco seguirán otra lógica, pero al final habremos de tener todos estos aspectos en cuenta – y algunos otros más que se nos irán presentando – para ganar ventaja y superar con garantías cada pugna.

No será algo sencillo, ya que en Fire Emblem nunca lo ha sido. El videojuego, como en previas entregas, vuelve a tener una curva de dificultad muy ajustada, obligándonos a pensar cada movimiento y a estudiar minuciosamente la posición de los adversarios, intuyendo así sus posibles maniobras. No llega a ser una partida de ajedrez pero casi, acercándose sobremanera a lo que ya pudimos vislumbrar en otra reciente obra de Intelligent Systems para la “dual screen”,

El stylus se alía con el comandante “casual”
Existen muchas similitudes con la franquicia de corte bélica, sobre todo en el caso de la “dual screen”. Por poner un ejemplo, se incluye el mismo soporte para el lápiz táctil, que aquí también servirá a los jugadores más ocasionales para manejar a sus unidades con un simple toque, aunque también habrá lugar para la cruceta y los botones, que en nuestro caso llegaron a imponerse sobre la novedad tecnológica que nos proponía la máquina.

Forma parte del usuario determinar, por tanto, qué tipo de control le resulta más cómodo, pero ya podemos certificar que será posible manejar este nuevo Fire Emblem, de principio a fin, con un stylus que se apoyará sobre una doble pantalla dedicada tanto a mostrarnos el mapa de la contienda como los enfrentamientos que se vayan sucediendo en él. Todo estará perfectamente ordenado y la información correctamente dividida entre las dos pantallas para que no nos perdamos ni un detalle acerca de las estadísticas de las unidades que llevamos al frente.

En total, dispondremos de unas veinte clases diferentes de unidades, que se irán conservando de misión en misión siempre que no caigan en acto de servicio. Si consiguen sobrevivir, siempre tendrán más posibilidades de aumentar su experiencia, así como su nivel, haciéndose más fuertes y mejorando sus características en combate, aunque también será importante visitar las numerosas casas del mapeado para, por ejemplo, obtener ayudas económicas o valiosa información que nos ayude en las batallas.

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